La Palma, mirador privilegiado para las Perseidas

La madrugada del sábado al domingo alcanzarán su máximo.

Como todos los veranos las Perseidas acuden a su cita puntualmente. El momento óptimo para observarlas es la madrugada del sábado 12 al domingo 13 de agosto, cuando la lluvia de meteoros alcanzará su máximo.

Al encontrarse la Luna en fase menguante, será preferible observarlas antes de que nuestro satélite se levante, al principio de la noche. Un lugar bien oscuro, un cielo despejado de nubes y un poco de paciencia, son los únicos requisitos para disfrutar de una buena observación.

El número de estrellas fugaces por hora, desde un lugar oscuro y de cielos despejados, podrá alcanzar el centenar.

¿Cómo se forman las lluvias de meteoros?

E n sus órbitas alrededor del Sol, los cometas dejan un reguero de gases, polvo y de materiales rocosos (como escombros) que permanecen en órbitas similares a la de sus cometas progenitores. Se forman así regiones anulares en torno al Sol en las que abundan esos fragmentos perdidos por los cometas que los astrónomos denominamos 'meteoroides'.

Cuando, en su movimiento alrededor del Sol, la Tierra entra en una de estas regiones anulares, algunos de los meteoroides son atrapados por su campo gravitatorio y entran a gran velocidad en la atmósfera. La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces o lluvia de meteoros.

La altura en la que el meteoro se hace brillante suele encontrarse hacia los 100 kilómetros, pero esta altura depende de la velocidad de penetración en la atmósfera. Los meteoros que sobreviven hasta unos 20 km de altitud dan lugar a espectaculares bolas de fuego que pueden llegar a tener brillos aparentes mayores que el del planeta Venus. La gran velocidad transversal de algunos de estos meteoros y su alto brillo causan la ilusión en el observador de que están muy próximos.

Los fragmentos cometarios (meteoroides) de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos cuando tienen consistencia rocosa o metálica, alcanzan la superficie terrestre en forma de 'meteoritos'.

Los meteoritos son de gran interés para los astrónomos, pues conservan informaciones importantes sobre la composición química de la nebulosa interestelar primitiva de la que nació nuestro Sistema Solar.

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