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PP - Raquel Díaz propone ampliar la edad para acceder a tratamientos de fertilidad y acercar estos servicios a las mujeres palmeras

· La iniciativa busca que las mujeres palmeras puedan someterse a una inseminación artificial o a una fecundación in vitro en el Hospital Universitario de La Palma y que la edad máxima para acceder a estos tratamientos se amplíe de los 40 a los 45 años.
La diputada del Partido Popular por La Palma, Raquel Díaz, defenderá mañana en el Pleno del Parlamento de Canarias una Proposición No de Ley (PNL) que persigue garantizar la igualdad real de las mujeres palmeras en el acceso a los tratamientos de fertilidad en el sistema público de salud, así como ampliar la edad máxima para poder acceder a ellos hasta los 45 años.

La iniciativa pretende dar respuesta a una demanda creciente de mujeres que, en su deseo de ser madres, se ven obligadas a desplazarse desde La Palma a su hospital de referencia en Tenerife para someterse a estos procedimientos.

Díaz subraya que “ser madre y crear una familia debe ser una elección libre, no una carrera de obstáculos marcada por el código postal”. En este sentido, recuerda que “cada año unas 130 mujeres palmeras deben viajar en varias ocasiones a Tenerife para recibir un tratamiento de fertilidad, lo que no solo supone un esfuerzo personal, económico y emocional añadido, sino que en muchos casos condiciona el éxito del proceso o provoca su abandono”.

La diputada popular considera que “la alternativa pasa por acercar los servicios de fertilización a la Isla desplazando a los equipos sanitarios a La Palma tal y como ya se hace con otras especialidades lo que, sin duda, supondría un avance para muchas familias".

"La descentralización de servicios sanitarios especializados es una deuda pendiente con las islas no capitalinas, especialmente en el caso de La Palma” y añadió que su implantación progresiva “es imprescindible si queremos hablar de una sanidad pública verdaderamente equitativa".

Asimismo, en la PNL Raquel Díaz plantea la ampliación de la edad máxima para acceder a tratamientos de fertilidad de los 40 a los 45 años, así como el aumento del número de intentos máximos tanto en inseminación artificial como en fecundación in vitro, de cuatro a cinco, adaptando el sistema público a la realidad social y laboral actual.

“Cada año nacen menos niños mientras aumenta el número de mujeres que deciden o se ven obligadas a retrasar la maternidad por motivos personales o profesionales, por lo nuestro sistema sanitario debe adaptarse a esa realidad. Proteger la maternidad y fomentar la natalidad es también proteger la libertad de poder decidir cuándo y cómo ser madre”, concluye Díaz.

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