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El Paso engalana La Casa de la Juventud con el mural “Escaleras y Salamandras” del artista canario Víctor Seus

El Ayuntamiento de El Paso ha inaugurado en la Casa de la Juventud el mural “Escaleras y Salamandras”, una obra del artista canario Víctor Seus que convierte el espacio en un lugar de juego, tradición e identidad para la juventud del municipio.

El mural parte de la metáfora del juego de mesa “Escaleras y Salamandras” para transformar el territorio palmero en un tablero simbólico donde cada movimiento revela una parte de la historia compartida, de las heridas recientes y de la fuerza para continuar adelante.

El alcalde de El Paso, Eloy Martín, destaca la importancia de esta obra en el contexto actual: “este mural no solo embellece nuestra Casa de la Juventud, sino que ofrece a los/las jóvenes un símbolo de identidad. Gracias a la labor de vecinos y colectivos, El Paso puede presumir de mantener vivas sus tradiciones y paisajes, y esta obra es un recordatorio de que esta raíz sigue viva en las nuevas generaciones".

Por su parte, la concejala de Juventud, Teresa Hernández, subraya el carácter participativo y transformador de la propuesta, asegurando que "queremos que la Casa de la Juventud sea un espacio vivo, donde los símbolos dialoguen con la experiencia de los jóvenes. Este mural es una invitación a reconocerse en la historia y a atreverse a jugar el propio camino, con creatividad y valentía”.

Según el artista Víctor Seus " Escaleras y Salamandras busca transformar elementos de la memoria y la naturaleza palmera en un tablero de vida. No se trata de romantizar ni dramatizar, sino de mostrar cómo la juventud transita entre la herida, la voluntad, la memoria y la esperanza. Es un mapa de identidad en movimiento”.

 

 

 

 

 

 

 

Un mural para la juventud pasense

Con este mural, el Ayuntamiento de El Paso refuerza su compromiso con el arte público y la juventud, convirtiendo la Casa de la Juventud en un punto de encuentro donde la creatividad y la memoria se ponen al servicio del presente y del futuro.

La obra se conforma por dos triángulos conceptuales que dialogan entre sí: el primer triángulo, conformado por el volcán Tajogaite en erupción, una salamandra y un pie descalzo sobre césped, representa el cambio desde lo profundo y el inicio del juego vital. La erupción marca el origen de una fuerza creadora, mientras los pies simbolizan la capacidad de dar un nuevo paso.

Por otro lado, el segundo triángulo está formado por la graja, el salto del pastor y un pie tras haber dado un paso hacia el cambio, reflejando el vínculo entre lo ancestral y el camino personal hacia el futuro. La graja como mensajera, el salto como sabiduría y riesgo, y El Paso como huella de aprendizaje.

Entre ambos triángulos emerge la portería simbólica, metáfora de meta, deseo y juego. Los pies descalzos expresan dualidad y transición. El césped señala el terreno fértil donde todo puede recomenzar.

En su conjunto, el mural plasma a la juventud como una fuerza en tránsito, que se mueve entre fuego, memoria, deseo y transformación. La propuesta invita a “jugarse la vida” en el mejor sentido: caminar con inteligencia, memoria y voluntad sobre un nuevo tablero, en el que cada paso conlleva retos, aprendizajes y cambios

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