RedacciónViernes, 27 de junio de 2025
Yonatan Lorenzo: "Transparencia volcánica: La verdad, es un derecho innegable en tiempos de crisis"
Ante una situación de emergencia, y más aún cuando un fenómeno de tal magnitud golpea la vida de miles de personas, la información no es un privilegio que deba ser dosificado por las autoridades. Es un derecho inalienable de los ciudadanos. La población afectada, lejos de ser un mero receptor pasivo al que hay que proteger de la supuesta “confusión”, es parte activa de la tragedia y, como tal, la ciudadanía merece tener acceso a la totalidad de los datos disponibles, sean estos favorables o no, claros o complejos.
Argumentar que en momentos de máxima tensión “no es oportuno dar toda la información para evitar confusión” puede, paradójicamente, generar una confusión mucho mayor y, lo que es peor, sembrar la desconfianza. Cuando la información se filtra o selecciona, se abre la puerta a la especulación, a los rumores y a la sensación de que algo se oculta. En la era de la inmediatez digital y las redes sociales, intentar controlar el flujo de información de esta manera es no sólo ineficaz, sino contraproducente. La verdad, aunque sea dura, es siempre el mejor antídoto contra el pánico infundado y la desinformación.
La “claridad en el mensaje” que Morcuende destaca, es sin duda, crucial. Sin embargo, la claridad no debe confundirse con la emisión. Es posible comunicar de manera comprensible la complejidad de un evento volcánico, las incertidumbres inherentes y los escenarios posibles, sin por ello silenciar datos o minimizar riesgos. Una comunicación abierta y honesta, que reconozca las limitaciones del conocimiento científico en tiempo real y las posibles evoluciones, empodera a la ciudadanía, permitiéndole tomar decisiones informadas sobre su seguridad y la de sus seres queridos.
Con la evacuación de 7.000 mil personas y la devastadora pérdida de hogares e infraestructuras, nos recordó de forma contundente ser imprevisibles y el poder de la naturaleza. Precisamente por ello, en lugar de paternalismos informativos, lo que se requiere es una alianza entre expertos, autoridades y ciudadanos basada en la confianza mutua y el flujo de información.
El riesgo volcánico, debe estar presente en la planificación urbana y en la conciencia colectiva. Ese conocimiento se nutre de realidad, no de una versión edulcorada o filtrada de la misma. La historia de la erupción del Tajogaite, en toda su complejidad y crudeza, es una lección vital de futuro. Ocultar o seleccionar datos, incluso con la mejor intención, sería robar a la sociedad la oportunidad de aprender de esta experiencia y estar mejor preparados para desafíos venideros.
En definitiva, la empatía hacia el sufrimiento de las personas afectadas no se demuestra controlando información, sino respetando su derecho a la verdad, por dura que esta sea. La transparencia total no solo es un imperativo ético, sino una herramienta fundamental para construir una respuesta resiliente y efectiva ante cualquier emergencia. La “decisión” debe tomarse sobre los datos de una erupción volcánica y compartirla con toda la ciudadanía palmera. La confianza pública es un bien demasiado valioso para ponerlo en riesgo por una visión restrictiva de la información.
Yonatan Lorenzo (Coordinador de IU La Palma)
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