Pino Canario, fortaleza ante el fuego

Ya son casi 40 días los que han pasado desde que la Isla sufriera un nuevo gran incendio forestal . La superficie afectada ha sido superior a las 4.500 hectáreas, en su mayoría bosques de pinar. Pero nuestro pino es un luchador, su fortaleza ante el fuego le permitirá resurgir de las cenizas

Y es que en este incendio se han visto afectados ejemplares de Pino Canario que en los últimos seis años han sufrido hasta tres incendios forestales, en los años 2009, 2012 y el pasado agosto. Pero siguen ahí. No mueren.

Dentro de unos meses ya podremos ver nuevo brotes verdes, renacerán con más fuerza y en apenas dos años volverán a lucir en su esplendor, y sólo su tronco carbonizado nos hará sospechar lo que pudo haber ocurrido tiempo atrás.

El Pino Canario es capaz de sobrevivir a un incendio, perdiendo una hoja que es capaz de rebrotar a las pocas semanas. Esto hace posible la existencia de árboles con más de 700 años de vida. Y esa batalla la lleva desarrollando durante siglos, con una clara estrategia. La especie se ha dotado de una dura y gruesa corteza, de hasta ocho centímetros, que le permite protegerse.

Otra de sus excelencias frente al fuego es la de dispersar los piñones, cuando la piña se abre con el calor, gracias a un apéndice alar que les permite viajar a grandes distancias con el viento.

Pero quizá la mejor de todas sus cualidades sea su capacidad para mantener células vivas en el interior de la madera, que si no queda afectada son las responsables del nuevo brote.

Es evidente la importancia que tienen los pinares en la conservación del medio natural canario, ya que constituyen las masas forestales más grandes de las islas, condensan el agua de las nubes, retienen el suelo, producen oxígeno, limpian el aire, y dan cobijo y alimento a muchas plantas y animales.

El Pino Canario fue probablemente una de las primeras plantas que colonizaron el archipiélago. Sus ancestros continentales se extinguieron hace más de cinco millones de años y en Canarias, sin embargo, logró sobrevivir hasta la actualidad, gracias a la variada topografía y a la estabilidad climática de nuestras islas.

Después de millones de años de aislamiento, su fortaleza ante el fuego ha servido para que sea empleado en repoblaciones forestales y para la producción de madera, sobre todo en Italia, Marruecos, Israel, Sudáfrica, Australia y Estados Unidos. Su expansión y adaptación a estos lugares ha sido tal, que tanto en Sudáfrica, Australia y Estados Unidos ya es considerado como una especia invasora.